martes, 8 de octubre de 2013

Prevención de la diabetes tipo 2

La diabetes de tipo 2 se debe a una utilización ineficaz de la insulina. Este tipo representa el 90% de los casos mundiales y se debe en gran medida a un peso corporal excesivo y a la inactividad física.

Los síntomas pueden ser similares a los de la diabetes de tipo 1 (orinar mucho, sed, hambre constante, pérdida de peso, trastornos visuales y cansancio), pero a menudo menos intensos. En consecuencia, la enfermedad puede diagnosticarse sólo cuando ya tiene varios años de evolución y han aparecido complicaciones.


Hasta hace poco, este tipo de diabetes sólo se observaba en adultos, pero en la actualidad también se está manifestando en niños.

¿Cómo prevenir la diabetes tipo 2?

Para la prevención de este tipo de diabetes, el remedio está en nuestras manos. La receta se basa en reconocer la importancia de mantener una correcta alimentación y practicar ejercicio físico de forma habitual.

El objetivo principal es incrementar nuestro gasto energético global. Por tanto, cualquier ejercicio físico aportará interesantes beneficios para la salud. Algunos ejercicios de carácter aeróbico, como caminar rápido, montar en bicicleta, nadar o salir de excursión, son los ejercicios que consumen más cantidad de glucosa mientras se realizan y por tanto tienen un mayor efecto preventivo de la diabetes tipo 2.

No es suficiente con solamente eliminar los azúcares de la alimentación. Aquellos alimentos que contienen gran cantidad de harinas refinadas, como pan blanco, cereales, arroz blanco o bollería se digieren y pasan a la sangre de forma casi tan rápida como los azúcares. Ello contribuye a una mayor demanda de insulina por lo que serían alimentos poco recomendables en la prevención de la diabetes tipo 2. En su lugar, se deberían elegir alimentos menos refinados y con un mayor contenido en fibra, como arroz integral o panes de cereales menos refinados como los de avena o centeno.


La alimentación recomendada para prevenir la diabetes tipo 2 es una dieta hipocalórica. Esta trata de reducir las calorías totales de la alimentación, a base de restringir principalmente la cantidad de grasas y alimentos proteicos de la dieta y manteniendo una mayor proporción de alimentos ricos en hidratos de carbono.