De pequeños nuestras
madres insistían en que comiéramos los vegetales. De grandes sabemos que si
queremos mantenernos sanos debes de
comerlos... aún cuando su sabor no sea el de unos deliciosos tacos.
Los vegetales verdes
esconden bajo su piel verde, todo el complejo de vitaminas B, así como el
magnesio y el hierro; los líderes son el brócoli, espárragos y espinacas. El
consumo constante de estas verduras en forma cruda o ligeramente al vapor garantiza
una alta cantidad de energía saludable y nutrición.
• Los vegetales
verdes son ricos en nutrimentos que solo se encuentran en ellos, sirven para
evitar ciertas enfermedades y mejorar la salud en general.
• Contienen luteína,
un poderoso antioxidante que ayuda a mantener la buena visión.
• Contienen
fitoquímicos asociados a la prevención del cáncer de mama y el de próstata. Un
estudio reciente reveló que el riesgo de este último disminuye 42% en quienes
acostumbran los vegetales verdes.
• Algunos de estos
elementos ayudan a la digestión y eliminan las bacterias nocivas del estómago.
• Contienen
beta-caroteno, otro antioxidante que el cuerpo transforma en vitamina A. Esta
contribuye a mejorar la respuesta inmunitaria y a tener una piel más sana, así
como a mejorar la salud de la vista.
• Son una buena
fuente de potasio, elemento fundamental para los latidos del corazón y la
contracción de los demás músculos.
• Su elevado
contenido de calcio fortalece los huesos y los dientes.
Estos alimentos
deben ser consumidos todos los días del año por diversas y muy buenas razones:
no engordan, aportan vitaminas, minerales, y tienen un alto contenido de fibra (que ayudan al intestino a trabajar con regularidad).